Rectoscopio Conde
El rectoscopio es un instrumento tubular de unos 10-15 cm. con sistema óptico incorporado para el examen del recto. Se usa para la prueba llamada rectoscopia: una técnica de exploración vía endoscópica por la que se puede observar la pared interior del recto, con la finalidad de detectar la existencia de pólipos, tumores y otras patologías del tracto rectal.
El rectoscopio consta de un tubo guía rígido, con una longitud de unos 15 cm. y preparado para contener otros de diferentes diámetros de acuerdo con los tipos de exploración y características idiosincrásicas. Además de los accesorios incluye un aparato de iluminación directa y en su extremo está dotado de una cámara (endoscopio) que en este caso se introduce por el ano. Las imágenes captadas se pueden visualizar en una pantalla de tal manera que el doctor puede observar las paredes interiores del recto con el fin de detectar las posibles alteraciones patológicas en ellas.
El tubo tiene la posibilidad de incorporar unas pinzas para tomar muestras del tejido (biopsia) y proceder a su análisis patológico.
La rectoscopia permite el diagnóstico de diferentes enfermedades que afectan al recto: pólipos, hemorroides internas o un tumor maligno. A día de hoy, esta prueba se realiza con sedación por lo que no es una prueba dolorosa para el paciente.