Lámpara de rayos uva o lámpara Finsen

La lámpara de Finsen o lámpara de rayos uva recibe su nombre del Nobel Niels Ryberg Finsen, un danés nacido en las Islas Feroe en 1860. La falta de luz solar en el archipiélago y las adversas condiciones climatológicas lo llevaron a investigar sobre la luz artificial y sus efectos fisiológicos. Tras el descubrimiento de la capacidad destructora de los rayos ultravioletas, aplicados a las colonias de bacterias, desarrolló una lámpara eléctrica de arco voltaico para el tratamiento del lupus tuberculoso. La llamada luz de Finsen.

Este descubrimiento lo llevó a percibir el Nobel de Medicina en el año 1903. Premio que ya no puedo recoger por culpa de una avanzada enfermedad que acabó con su trayectoria profesional al año siguiente.

Ya desde su época como estudiante demostró un gran interés por los beneficios terapéuticos de la luz solar. Su primera investigación giró al aislamiento de un grupo de enfermos de viruela. En un primer momento los cerró en cuartos oscuros y después expuso las ampollas a radiaciones lumínicas a través de orificios en las cortinas, con un efecto satisfactorio y disminuyendo el riesgo de dejar cicatrices. En el año 1896 fundó el Instituto Terapéutico Finsen orientado a la investigación de las cualidades de este tipo de luz.

La lámpara de Finsen supuso un gran avance en relación al raquitismo en zonas con escasa radiación solar, lo que dio en investigar los efectos de la luz ultravioleta como generador de vitamina D para curar otro tipo de procesos como la depresión estacional.

 

Aparato de Diatermia

La Diatermia tiene su origen en los estudios desarrollados por el físico, ingeniero y genial Tesla que, ayudado por D’Arsonval, contribuyeron significativamente a la ciencia a través de su investigación,  sobre esta nueva forma de corriente.

En 1930 fue el francés quien mostró que la frecuencia de corriente alterna superior a 100 kHz aplicada por conducción a través de electrodos de metal en contacto con la piel, fuera capaz de calentar los tejidos profundos sin efectos nocivos. Ahí nació la diatermia por conducción.

Pero fue en la segunda mitad del siglo XX cuando Zeyneck y Nagelschmidt mejoraron la técnica a través de equipos avanzados. Estos han permitido el tratamiento de diversas patologías mediante la aplicación de corrientes de alta frecuencia (calor) en las áreas afectadas. ; lo que reactiva el metabolismo celular.

Este tipo de técnica se introdujo en España en 1910 gracias al Doctor Celedonio Calatayud. Fue pionero en el uso de la diatermia en terapias ginecológicas, lo que supuso un gran avance a nivel internacional. Logró desarrollar su propio estudio de la diatermia al mismo tiempo que sus congéneres alemanes.

La diatermia está estrechamente relacionada con la electroterapia. Servicios médicos privados, spas y centros de hidroterápicos fueron apareciendo dedicados al tratamiento de enfermedades nerviosas y neurológicas: cabe destacar el papel de esta disciplina médica en el tratamiento de la psicosis, en la que someten a los pacientes a los tratamientos de diatermia cerebral en los primeros años veinte, usando corrientes galvanizadas. Los médicos finalmente consideraron esta terapia para esta clase de pacientes, insegura e ineficiente.

El campo de aplicación en el que se desarrolla incluye traumatología, fisioterapia, rehabilitación, medicina del deporte, reumatología, control del dolor, dermatología y medicina estética.

A día de hoy la diatermia cuenta con efectos fisiológicos muy beneficiosos para la salud:

Elevación de la temperatura del tejido

Aumento del flujo vascular a través de la vasodilatación

Mayor contribución de endorfinas liberadas

Antiinflamatorio

Antiespasmódico

Aumento de la difusión en las membranas celulares: neuralterapia

Fluidificación de coloides y grasas

Germicida

Contribución de energía