Microscopio E. Leitz Wetzlar

Microscopio monocular E. Leitz Wetzlar del año 1910 -información extraída a partir del número de serie 217805-. El modelo se denomina Stativ. Se trata de un microscopio petrográfico utilizado para trabajos geológicos (razón por la que la platina del mismo es circular).
El hecho de tener la caja original le confiere más valor. Este microscopio es muy funcional desde el punto de vista técnico. Para la época en la que surgió los alemanes consiguieron romper con el dominio británico especialmente por la calidad de sus objetivos (los británicos provocaban irisación: se miraban los colores del arco iris reflejadas sobre la muestra).
También fue empleado en el ámbito sanitario a pesar de ser utilizado fundamentalmente por los geólogos para ver la composición de los estratos geológicos.En medicina fue empleado como un microscopio normal para estudios anatomopatológicos y sobre todo para ver la composición de cristales como el ácido úrico y el pirofosfato cálcico.
Se encuentra en un estado impecable y funciona perfectamente: conserva todas sus piezas y componentes originales de la época.
 Las piezas móviles están fabricadas en latón y metal plateado; el latón conserva la laca transparente original de la época que le aporta una pátina cálida. Platina giratoria, aparato iluminador Abbe, diafragma iris, revólver porta objetivos. El estuche de madera de pendiente maciza donde se guarda este aparato está muy bien conservado: en su interior encontramos varios soportes de madera para las distintas piezas, como los oculares o la caja donde se guardan los accesorios.
También hay una pequeña caja forrada en piel para meter las lentes  que lleva el nombre del fabricante en letras doradas. La caja cuenta con una cerradura con una llave que aún funcionan.
Los inicios de la célebre firma de material óptico Ernst Leitz Wetzlar se encuentran en la primera mitad del S. XIX, cuando Carl Kellner, mecánico y matemático autodidacta, fundó el Carl Kellner Optisches Institut en la localidad alemana de Wetzlar. Tras su temprana muerte, su viuda continuó con el negocio. En 1864, el ingeniero mecánico Ernst Leitz entró en la empresa; después de cinco años se hizo con el control y cambió su nombre por el de Ernst Leitz Wetlzar. Leitz llevó a la empresa al éxito tras introducir mejoras como la producción en serie, consiguiendo un gran incremento del volumen de ventas a partir de 1871.
Los microscopios de Leitz incluían mejoras técnicas que aumentaban su calidad, lo que hizo que para finales del siglo XIX la empresa consiguiese un sólido prestigio a nivel mundial. Ernst Leitz murió en 1920, y la empresa pasó a manos de su hijo. Además de la fabricación de microscopios y material óptico, la firma Leitz aumentó considerablemente su fama gracias a la producción de las célebres cámaras fotográficas Leica (abreviatura de Leitz Camera).